La catalana Carla Simón es la primera directora en llevarse el Oso de oro en nuestro país por “Alcarràs”

La edición número 72 de la Berlinale se celebró del 10 al 20 de febrero y fue la primera en condiciones más o menos normales tras la del 2020 que terminó con la llegada de la pandemia en marzo y la híbrida del 2021. Berlín se vistió de nuevo de gala, pero, esta vez, con mascarillas FFP2 y test de antígenos diarios para poder acceder a las proyecciones, zona de prensa y otras actividades. Sin embargo y pese a algunos cambios, límites de aforo y algunas colas más, uno de los festivales de cine más importantes se pudo disfrutar con cierta normalidad. La Berlinale se caracteriza por ser un festival del público y, como cada año, se llevó a muchos de los barrios de la capital alemana, siendo Postdamer platz el check point principal del Filmfestspiele (Festival de cine en alemán).
Es imposible no empezar los primeros comentarios con la alegría de ese gran Oso de oro a mejor película que se llevó nuestro cine en esta edición número 72 de la Berlinale. “Alcarrás” de Carla Simón y producida por María Zamora, Stefan Schmitz, Tono Folguera y Sergi Moreno es la historia de una familia de campo en un pueblo de Lleida, en la Cataluña de interior, que debe enfrentar los cambios que trae la globalización y nos muestra las formas de relacionarse con la tierra y la cultura de estas tierras. Nuestra más enhorabuena a esos compañeros y compañeras por hacer historia y grandes películas. Nuestro compañero Jorge A. Trujillo estuvo en el festival y nos comparte los comentarios de algunas de las películas vistas y sin duda una joya como “Alcarràs”, que pone enfrente lo tradicional con los nuevos protocolos, que nos muestra cómo son nuestras familias y nuestras fiestas y lo duro del trabajo del campo. La directora catalana nos enamora de nuevo con una obra deliciosa, tierna, nostálgica, familiar y en catalán, pero el lleidatà.
Con actores y actrices naturales se convirtió en la gran triunfadora de uno de los festivales más importantes del cine y nos conmovió. Ver la película, acudir a la rueda de prensa y observar cómo llegaban a la alfombra roja como una gran familia, nos hizo apostar por un gran recorrido para la película desde el día del estreno. Es un gran triunfo para el cine diverso en España y en catalán, una lengua de este país. Es un éxito tanto para la cultura catalana y el mundo del campo de la Cataluña interior, pero también de la España diversa en la que creemos. Es una película que en la producción también refleja la pluralidad de un país como España, donde TV3 y RTVE forman parte y donde el catalán es un gran representante de esa diversidad.
El Gran Premio del Jurado, el Oso de plata para uno de los favoritos del festival, el coreano Hong Sangsoo, por un drama fresco y en blanco y negro: “So-seol-ga-ui yeong-hwa”. El premio del jurado fue para Natalia López Gallardo por una de las películas más comentadas, para bien y para mal, “Robe of Gems” (Manto de gemas). Esta película ha sido admirada y criticada con la misma fuerza. Es un retrato muy crudo de la violencia en México, marcada por el narcotráfico, sin embargo, no cae en la misma típica historia sobre este fenómeno ilícito. Pese a mostrar un tema delicado y candente, parece una película hecha para el festival, pero sin tener en cuenta al público, porque su forma, que no su fondo, es muy densa y cuesta conectar con los personajes y lo que les sucede.
El Oso de plata a la dirección cayó sobre la francesa Claire Denis por “Avec amour et acharnement”, un drama de amor y obsesión, protagonizado por Vincent Lindon y Juliette Binoche. Un año más, la Berlinale otorga un premio a la mejor interpretación “sin género” y este Oso de plata a la mejor intepretación 2022 fue para Meltem Kaptan por “Rabiye Kurnaz gegen George W. Bush” de Andreas Dresen. La película trata del pánico y sospecha, atravesada por el racismo, que sufren las personas de origen árabe y por su apariencia y son detenidos tras los atentados del 11S. Película que se llevó también el Oso de plata por el guión, para Laila Stieler.
La mejor interpretación de reparto fue para Laura Basuki por “Nana” de Kamila Andini y el Oso de plata a la mejor contribución artística fue para el nacionalizado francés, Rithy Panh por su película/ensayo de animación, “Everything Will Be Ok” que nos relata con figuras la historia tremenda de la humanidad, el intento dominio frente a la naturaleza, los poderes políticos autoritarios y la forma de consumo industrial que tenemos. Con claros guiños a obras como “Rebelión en la granja” y a una tecnologización de nuestra sociedad, es un ensayo posmoderno muy interesante y duro de ver en algunos momentos. Sin embargo, esta dureza de algunas imágenes, no hace pensar que podemos escandalizarnos más por unos animales que por un genocidio humano, sin desmerecer ninguna vida animal. Con todo, a veces el posmodernismo de la apuesta hace una comparación simplista de que todas las ideologías son iguales porque “dividen”. Como si fuese igual un Nazi que un antifascista o un machista que un feminista o un activista por derechos LGBQITQ a un ultra que les dé palizas.
Finalmente, la mención especial del jurado fue para la aclamada “Drii Winter” de Michael Koch, drama sobre la fusión de lo humano con la naturaleza con un reparto de actores naturales muy interesante.
Algunas de las películas que más nos gustaron.
Queremos señalar “Un año, una noche” de Isaki Lacuesta, una película muy redonda del también director catalán que retrató el drama de una pareja que, basada en el libro “Paz, amor y death metal” del español Ramón González, sobrevivió a los atentados yihadistas de Bataclán e Paris. Fue elogiada en el momento de su estreno y se ha echado de menos algún premio, pero con o sin Oso, es una de las grandes películas de esta Berlinale.
Panorama es una de las secciones que hablan de nuestra sociedad, nuestras realidades, contenidos socio-políticos, destacamos otra firma española: “Cinco lobitos” de Alauda Ruiz de Azúa. Maravillosa película sobre los cuidados, la maternidad y los choques generacionales. El debut de la directora vasca también nos habla de la vida “que nos toca vivir” o tenemos y no la que nos gustaría. La madurez es un eje central de la película, donde entendemos, al menos desde la pantalla, lo que son los cuidados y lo que es ser madre. Las actrices Laia Costa y Susi Sánchez hacen un trabajo increíble. El cariño, el cuidado y la delicadeza, frente a la dureza de crecer, madurar y ver el sacrificio que han hecho nuestros padres, especialmente las madres que han cargado con el doble de trabajo, porque así lo asignaba la sociedad. Y encima tienen que aguantarse, si no, se la ve como la mujer loca e histérica que revienta por nada. Nos hace ponernos en la piel de las madres, la depresión postparto y el cuidado de las primera y última etapa de la vida media de una persona: nacer y enfermedad. Otra de las mejores películas de esta edición.
Pero en esta sección, también nos gustaría destacar títulos como «Beautiful Beings” de Guðmundur Arnar Guðmundsson, que cuenta la historia de adolescentes islandeses donde el bulling, la necesidad de pertenecer al grupo y la educación (tanto institucional como familiar) es fundamental en momentos complicados de esta etapa vital.
El título israelí «Concerned Citizen” de Idan Haguel nos muestra la realidad de barrios gentrificados que pasan de ser sectores urbanos populares, multirraciales y conflictivos a zonas cool, para parejas modernas y privilegiadas. Pero al final, estas dos partes entran en conflicto y una de ellas busca limpiar la conciencia cuando los privilegios están de su parte. Finalmente, la mexicana “El norte sobre el vacío” de Alejandra Márquez Abella, nos entramos en un western donde lo viejo y lo nuevo se enfrentan, donde lo que se aparenta y lo que se es realmente, están muy lejos. Interesante como la directora muestra la fragilidad de una masculinidad tóxica, que es cuestionada, y donde todo lo atraviesa la posición de clase.
Los documentales que más nos emocionaron.
Sin duda alguna, uno de los mejores documentales y más emocionantes de esta Berlinale, es la premiada en la sección de Generation, con el Oso de cristal, el documental canadiense “Alis” de Clare Weiskopf y Nicolás van Hemelryck. En esta dura y emocionante película escuchamos a niñas y adolescentes en una institución de acogida porque vienen de familias desestructuradas, abusadas o porque simplemente su familia no puede encargarse de ellas o se les ha quitado la custodia. Usando un mecanismo y especie de juego, los directores proponen a las chicas contar su historia en tercera persona, como si eso le pasara a su amiga “imaginaria”, Alis. A partir de ahí, la tercera y primera persona se entremezclan y escuchamos unas realidades muy duras, pero con una fuerza y ganas de salir adelante que conmociona. Una maravilla de documental.
Destacando en Panorama Dokumente vale la pena, «Nel mio nome” de Nicolò Bassetti que pone cara, voz, sentimiento y verdad a una realidad sobre la transexualidad en adolescentes. Un tema delicado en una edad en la que aún hay muchas dudas, pero pone sobre la mesa algo que existe y sucede.
Un tema que ha dominado buena parte de los documentales y que está en auge, es el reflejo o resultado de la migración (por todas las razones: económicas, políticas, etc.): la identidad. Con “No Simple Way Home” de Akuol de Mabior vemos el regreso Akuol de Mabior, nacida y criada en el exilio, e hija del fallecido vicepresidente de Sudán. Graba el proceso de regreso a sus raíces y muestra cómo su madre retoma el legado de su padre. Sin embargo, se enfrenta a un país que en realidad no conoce pero que ha vivido muy presente en su casa. El documental «No U-Turn” de Ike Nnaebue nos ofrece un retrato del director nigeriano Ike Nnaebue que regresa a su país, Nigeria, para retratar la realidad de las personas que atraviesan media África para cruzar el Mediterráneo. Un viaje que le remueve y le hace valorar la suerte que él tiene de haber viajado en otras condiciones. En Generation vimos a «Beba” de la neoyorquina de origen venezolano, Rebeca Huntt, que intenta entender su doble identidad y para ello, indaga en la vida familiar. Retrato íntimo y generacional, atravesado por el movimiento Black Lives Matter. En Forum, podemos resaltar «Mis dos voces” de Lina Rodriguez donde la voz la ponen las mujeres migrantes, en este caso de Colombia y México, que tuvieron que salir de sus países por la violencia o por razones políticas. De dos historias concretas, contadas por sus voces y sólo viendo partes de su cuerpo y sus hogares, vemos el sentimiento de migración y sus procesos son compartidos a nivel universal por cualquier migrante. Una joya que termina de una forma cercana a las protagonistas, cuando vemos finalmente sus caras y sus vidas. Unas familias mixtas que son el origen de las nuevas generaciones.
«Allons enfants Rookies” de Thierry Demaizière y Alban Teurlai nos traslada a una Francia multirracial, donde la identidad y la búsqueda de motivación de vida están muy presentes. Es un documental muy fresco, aunque algo largo, sin embargo, es muy necesario. Nos adentra en un grupo de bailarines de Hip Hop franceses con raíces diferentes. La película muestra la variedad racial de un país como Francia y que, unos u otros, enfrentan problemas similares en sus condiciones socio-económicas. La búsqueda de estos chavales es sobre su más puro ser, que se marcan retos propuestos por su tutor de baile para mejorar sus notas en el instituto, así como encontrar su camino. Un documento necesario que muestra, quizás, las carencias emocionales y de clase del sistema educativo francés.
«Liebe, D-Mark und Tod” de Cem Kaya quizás sea uno de los documentales más interesantes. En él, se hace un recorrido musical por las canciones alemanas cantadas en turco o la música turca cantada en alemán y sus caras más representativas y hoy algo olvidadas. Esto no sólo describe que, tras varias generaciones, existe ya cultura alemana mestiza, con la cultura que viene de la migración de Turquía, sino que, la cultura alemana, a día de hoy, es más rica. Lo que muestra que hay alemanes que no encajan con el prototipo de rubios y arios. Por tanto, la identidad está latente en este sector social y una tarea interesante es deconstruir la idea de que es ser un “típico alemán”. En el documental, también se trata el racismo que creció desde la caída del muro de Berlín en 1989.
Generation nos ofrece siempre una visión muy fresca de la realidad y pone a la juventud en el centro de las historias, siempre un retrato muy generacional:
“Sublime” de Mariano Biasin es una deliciosa y musical película sobre la adolescencia y el primer amor. Hasta aquí puede parecer muy típico, pero el trato es muy sensible, cuidadoso y detallista. Lo importante en este largometraje del argentino Biasin no es que el protagonista sienta algo por su amigo, sino su evolución y cómo va experimentando ese sentimiento, porque todo lo demás es pura normalidad.
«Terykony” de Taras Tomenko es una película que ya nos traslada a la más pura actualidad. Rodada casi como un documental, por lo que se respira realidad, nos centramos en las vidas de unos adolescentes y niños ucranianos en un escenario casi distópico. Dura realidad y dura actualidad, que nos estremece.
En la clásica e interesante Berlinale Especial podemos destacar el documental “Eine deutsche Partei” de Simon Brückner. La película retrata la vida política del partido de extrema derecha alemana, AfD (Alternativa por Alemania) a nivel federal, estatal y distrital. En la obra, el director no interviene, sino que retrata a algunas de sus figuras y algunos de sus más fieles militantes de base, como las juventudes y sus debates internos. El retrato se hace del 2019 hasta las últimas elecciones alemanas del 2021 y donde la pandemia ha atravesado mucho de su argumento. Se refleja la instrumentalización y el fortalecimiento de los argumentos antivacuna y antimedidas de lucha contra la pandemia, un argumentario en el que la extrema derecha de carácter ultranacionalista y racista está presente. En su mayoría los hombres blancos son quienes debaten y son los rostros más conocidos, habiendo pocas mujeres y muchas veces como floreros, exceptuando un personaje potente pero aterrador en el sentido más triste del compromiso: una integrante de la juventud del partido. Vemos, sin intervenir a nivel discursivo, a los dirigentes como unas personas muy frías y con ciertos valores que dejan mucho que desear. Sus debates internos y argumentarios, se quedan vacíos y llenos de contradicciones, mostrando una apariencia de simple oportunismo. Sin embargo, da miedo ver esa militancia de base que es la que se cree el discurso y se deja la piel trabajando en el Este de Alemania y a las afueras del gran Berlín cosmopolita, en Brandenburgo. Da miedo porque su compromiso real lo es a favor con ideas excluyentes y que nos trasladan a los momentos más tristes de la Europa del Siglo XX.
Finalmente la sección algo más cerrada y con apuestas arriesgadas con las que cuesta conectar: Forum, donde el cine experimental y sus seguidores disfrutarán. Aunque aquí resalto las que sí son posible conectar:
El cortometraje colombiano “Yarokamena” de Andrés Jurado nos cuenta la terrible historia de la resistencia contra la extracción del caucho en la selva. Historia muy necesaria pero que, quizás, el formato no acerca a que sea conocida o divulgada para el público.
En «Camuflaje” de Jonathan Perel acompañamos en la ruta del corredor Félix Bruzzone. Con él nos adentramos en un campo militar en Argentina donde ahora está rodeado de casas de clase media acomodada y donde hace décadas era el centro de tortura y desaparición de la dictadura. Interesante documento que rebusca en el interior de la sociedad y del propio Bruzzone las razones por las que no se conoce la historia. Un alegato por la memoria histórica.

Si quieres saber la historia de la Berlinale, no pierdas el podcast de “Berlín en el cine” y el coloquio de la edición 71 del Festival. En breves, se publicará el coloquio de La Berlinale de este 2022.